miércoles, 2 de mayo de 2007

Expedicion en Maitencillo

Estando en la playa en agosto de 2006, mientras Verito aún estaba embarazada de Martina, propuse a Ignacio hacer una expedición para bajar a la playa por un largo sendero que hay cerca de los parapentes en Maitencillo, a lo que él por supuesto que accesdió inmediatamente.

Preparamos un pequeño tentenpié, llenamos una botella con agua y nos largamos a caminar. La idea era que cuando llegásemos al mar llamaríamos por celular para que nos fuese a recoger a la playa.

Comenzamos a bajar por el sendero, al principio está con escalones de cemento y tiene un puente, llamado de la Princesa Leia por Ignacio, después continúa solo de tierra. A la mitad del sendero paramos a tomar algo de agua, a comer las golosinas. La parada la hice porque yo pensaba que el pase iba a ser muy corto.

Casi al terminar la bajada había una especie de seto de espuelas de galán que estaban realmente preciosas, creo que nunca había visto una cantidad tan impresionante de esta plata.

Llegamos al mar y oh ! sorpresa ... la quebrada terminaba en una playa cerrada por dos filos de cerro separados unos 200 metros uno del otro, la marea estaba alta y no había posibilidad de pasar hacia el lado norte, que era hacia donde ibamos. Esto ponía una cuota de sorpresa a la expedición, aspecto muy importante para un niño de 4 años y medio.

Comenzamos a buscar como poder pasar el filo del cerro que nos cortaba el paso y nos dimos cuenta de que había labrados en la roca unos escalones y que había una cuerda para sostenerse, lo que había que trepar eran aproximadamente 3 metros. Ignacio rápidamente tomo el desafío y se colgó de la cuerda y coemnzó a subir muy enstusiasmado, en ese momento aprovechamos para sacar un par de fotos. Yo le seguí de atrás y llegamos arriba. Seguimos caminando por el sendero que nos llevaba hacia el nirte por una especia de terraza natural a aproximadamente 10 metros sobre el mar, en el lugar había la típica vegetación de estos parajes: cactus - espinacos los llama Ignacio - de distintas especies, coirones etc. Llegamos al final s}del sendero y oh! soprresa nuevamente : hab{ia otra quebrada, pero no había forma de bajar desde la terraza en la que estábamos hasta el nivel del mar. Buscamos un rato u}y nos encontramos con otra cuerda y otros escalones labrados en la roca, esta vez el problema era más difícil, es desnivel era de aproximadamente 5 metros casi verticales.

Pensé en tomar a Ignacio y bajarlo de algún modo, pero la cordura me decía que no era una buena idea. Al poco rato divisamos a una pareja con un niños que venían caminando por la playa en dirección al lugar en donde nosotros estábamos, ellos querían subir y nosotros bajar. El hombre tomó la cuerda y subió, comprobó que era resistente y luego bajó para subor al niño, que se lamaba Nico. Nosotros le ayudamos a recibir a Nico. Luego el hombre le dijo a Ignacio que bajara con él, pero Nacho no quiso, solo se limitó a decirme "papi, yo bajo, pero contigo" ... asi como para Ignacio era toda una aventura la que estábamos viviendo para mi fue toda una aventura el tomar conciencia lo que yo significo para Ignacio, él estaba dispuesto a correr el riesgo, pero conmigo ... uff !!! que lindo y que tremenda responsabilidad la que tenemos encima ... Bueno, me saqué todo el peso extra y lo tiré para abajo, tomé a Ignacio de forma que se pusiera "al apa" conmigo, pero de frente y bajamos ...no fue fácil arrear con mis 85 kg y los 20 de Ignacio, pero lo logramos !! la cara de Ignacio cuando llegamos abajo era por un lado de alivio y por el otro de una emoción tremenda por el logro alcanzado.

Nos despedimos de Nico y sus acompañantes y seguimos nuestra ruta hacia el norte hasta que divisamos a la Verito y a la Ita que nos esperabna en la playa.

Fue una experiencia muy linda, yo creo que Ignacio la va a recordar por mucho tiempo ... y yo también.

Luego incluiré las fotos que tomamos en esta expedición y las subsiguientes.