A Tomotoshi lo conocí a través de Andrés hace mucho años en Quintay, debe haber sido por allá por el 1979 u 1980, a poco andar forjamos una amistad muy cercana junto a un grupo grande de amigos y amigas con las que salíamos a los "carretes" de esos años, los que consistían en ir a comer lomitos al Otto Schop, pastas al Da-Tito, o simplemente juntarnos, generalmente en el departamento de Francisca a conversar, bailar o simplemente revolverla, los tiempos no daban para los lujos que en general tienen los lolos de hoy.
Con Tomo nunca nos hemos dejado de visitar y comunicarnos en estos casi 30 años, a él le debo lo que se de fotografía, compartimos muchos puntos de vista y discrepamos en varios otros, él conoce a toda mi familia y yo a la suya: padres, hermanos, esposas cuñados, sobrinos, sobrinas, hijos ...
Tomo siempre ha sido un apoyo grande para mí, él es algo mayor que yo y le ha tocado vivir antes un cúmulo de cosas y siempre ha estado dispuesto a compartir sus experiencias no desde el lado del consejo fácil sino desde la perspectiva de que en esta situación yo hice esto y lo otro, y me resultó a y b.
Una de las cosas más gratas de esta larga amistad ha sido el sentir siempre que la amistad ha sido gratuita, en buena onda, sin resentimientos ni dobleces, sin dobles intenciones. Yo no soy de muchos amigos, en general soy más bien reservado, poco amigo de la parafernalia, la ostentación y muy ajeno a las amistades utilitarias, pero indudablemente que de los muy pocos amigos que tengo Andrés, Tomás y Tomotoshi indudablemente que son los principales, por lejos.
Mi amigo Tomososhi está enfermo, muy enfermo y por lo mismo es que escribo estas palabras, porque tener amigos como él es un real lujo, no porque se esfuerce en ser "el mejor amigo" es porque la amistad ha sido, como decía antes, natural, fluida, sin dobles intenciones, somos amigos porque somos amigos, no es más no menos que eso.
El tiempo pasa, uno piensa que las personas son casi como los edificios, que cada vez que uno vuelva van a estar allí mismo, pero no es asi. Con los amigos uno tiene cierta conciencia de que un dia puede no estar él o puedo no estar más yo.
Es bueno tener amigos, siempre, pero tener amigos como Tomotoshi es una excepción.
La foto b/n, que originalmente era en colores, pero que con el mismo Tomotoshi la copiamos en b/n, es del año 1982 o principio del 1983, es obvio que era verano estábamos prontos a ir a bailar y Tomo, que siempre andaba con su cámara Nikon, la puso encima de su auto y sacamos la foto, yo tengo los fosforos en la mano porque justamente como era de noche encendimos uno para enfocar la cámara reflex, toda una joya para esa epoca.
La foto color es de este año, estamos Andrés, Tomás, Tomotoshi y yo, todos más viejos, más pelados, más guatones, pero igual de amigos y eso es lo que realmente importa.
Con Tomo nunca nos hemos dejado de visitar y comunicarnos en estos casi 30 años, a él le debo lo que se de fotografía, compartimos muchos puntos de vista y discrepamos en varios otros, él conoce a toda mi familia y yo a la suya: padres, hermanos, esposas cuñados, sobrinos, sobrinas, hijos ...
Tomo siempre ha sido un apoyo grande para mí, él es algo mayor que yo y le ha tocado vivir antes un cúmulo de cosas y siempre ha estado dispuesto a compartir sus experiencias no desde el lado del consejo fácil sino desde la perspectiva de que en esta situación yo hice esto y lo otro, y me resultó a y b.
Una de las cosas más gratas de esta larga amistad ha sido el sentir siempre que la amistad ha sido gratuita, en buena onda, sin resentimientos ni dobleces, sin dobles intenciones. Yo no soy de muchos amigos, en general soy más bien reservado, poco amigo de la parafernalia, la ostentación y muy ajeno a las amistades utilitarias, pero indudablemente que de los muy pocos amigos que tengo Andrés, Tomás y Tomotoshi indudablemente que son los principales, por lejos.
Mi amigo Tomososhi está enfermo, muy enfermo y por lo mismo es que escribo estas palabras, porque tener amigos como él es un real lujo, no porque se esfuerce en ser "el mejor amigo" es porque la amistad ha sido, como decía antes, natural, fluida, sin dobles intenciones, somos amigos porque somos amigos, no es más no menos que eso.
El tiempo pasa, uno piensa que las personas son casi como los edificios, que cada vez que uno vuelva van a estar allí mismo, pero no es asi. Con los amigos uno tiene cierta conciencia de que un dia puede no estar él o puedo no estar más yo.
Es bueno tener amigos, siempre, pero tener amigos como Tomotoshi es una excepción.
La foto b/n, que originalmente era en colores, pero que con el mismo Tomotoshi la copiamos en b/n, es del año 1982 o principio del 1983, es obvio que era verano estábamos prontos a ir a bailar y Tomo, que siempre andaba con su cámara Nikon, la puso encima de su auto y sacamos la foto, yo tengo los fosforos en la mano porque justamente como era de noche encendimos uno para enfocar la cámara reflex, toda una joya para esa epoca.
La foto color es de este año, estamos Andrés, Tomás, Tomotoshi y yo, todos más viejos, más pelados, más guatones, pero igual de amigos y eso es lo que realmente importa.