domingo, 30 de agosto de 2009

Viaje a Villa Alegre con Ignacio y Pia

A principios de agosto de 2009 tenia que ir a trabajar a Talca y aprovechamos la oportunidad para ir con Ignacio y con Pia.

Ellos me pasaron a dejar a Talca y siguieron viaje a casa de mi mama, yo me quede trabajando y cuando me desocupe me fui en bus.

Ignacio estaba muy contento en casa de mama, fue a buscar huevos al gallinero, salio con Carlos, el tio Carlos, a ver los chanchos que tenia Juan en la quinta, ayudo a llevar lena para la estufa y por supuesto que entre mi mama, Pia y Carlos le armaron un panorama dificil de resistir.

El dia sabado yo tenia que seguir con mi trabajo en Talca, por lo mismo fue poco el tiempo que pude estar con Ignacio, pero como habia varios encargos que satisfacer el tiempo no se le hizo largo ya que fueron a Carrizal a comprar carbon, aprovecharon de turistear un poco, en la tarde fueron con Pia a tirar piedras al rio, cosa que a Ignacio le encanta, con la gracia que esta vez aprendio a hacer patitos con piedras planas.

La Tatay se manifesto con huevos fritos de campo, manjar preparado en casa y otras delicatessen para el nieto, y tambien para su progenitor.

A Pia y a mi nuestra octogenaria madre nos llevo desayuno a la cama como ha hecho toda la vida con santa paciencia y dedicacion, rico pan tostado, mantequilla, huevos revueltos y, lo mejor de todo, manjar hecho en casa.

El dia sabado el trabajo tomo mas de lo presupuestado y como me desocupe aproximadamente a las 02:00 AM del domingo Pia y Carlos me fueron a buscar. Cuando llegamos a casa no encontraba a Ignacio en su cama, el perla estaba durmiendo con mi mama y por supuesto que ella no le hacia ningun ademan de correrlo.

Cuando ignacio desperto en la manana mi mama lo saco de la pieza, le dio desayuno y lo entretuvo un par de horas mientras yo dormia, mama dice que lo entretuvo con cosas tan simples como unos pedazos de carton, los portacubiertos y los carretes de hilo, ella lo disfruto tanto como Ignacio creo yo, ya que esos juegos le dan la posibilidad de intimar con su nieto, generar lazos y disfrutar de la compania.

Despues del desayuno a la cama comenzo la carrera, levantarse, ir a misa, pasar a donde Franco a cortarnos el pelo, volver a casa, almorzar, cargar los monos y volver a Santiago.

Ignacio estaba tan contento de su estadia en casa de su abuela que antes de llegar a la carretera ya estaba preguntando cuando volveriamos.

Estoy cierto que el hecho de haber estado unos dias sin Martina cerca y con todos pendientes de el le dieron una vision distinta de las cosas ya que desde esa fecha que ignacio esta bastante mas docil y menos contestador.

Ojala que estas oportunidades se sigan dando, siempre es lindo viajar en particular cuando es con el papa, con los tios y mejor aun cuando uno va a la casa de los abuelos.

Ojala que Pia pueda dejar sus impresiones del viaje, ella paso casi todo el tiempo con Ignacio, su Piri, son bien compadres los dos, y eso me gusta mucho

3 comentarios:

AleMamá dijo...

Has tocado un punto importantísimo, David: hay que crear instancias de intimidad con los hijos de a uno en uno, y no es necesario que sean grandes panoramas; basta un rato de dedicación con algo tan simple como tirar piedras al rio.
Besos

Pia dijo...

Para mí fue un viaje muy especial porque con el Piri nos llevamos muy bien. Una vez que tomé el timón de la camioneta, la primera pregunta de Ignacio fue si yo sabía manejar esa camioneta. Cuando le recordé que ya habíamos salido juntos en la camioneta cuando salimos "de jardines", se quedó tranquilo y comenzamos a disfrutar del paisaje.
Cuando pasamos el peaje de entrada a Villa Alegre, me mostró la casa donde nació mamá y me pidió que le mostrara donde había nacido su papá y yo. Cuando llegamos a casa de mamá, me ayudó a bajar las cosas e hizo muy buenas migas con la hija de María que estaba trabajando e inventaron juegos, fueron a comprar al supermercado del lado y se dieron un festín de papas fritas y otras chatarras parecidas. Para los dos fue entretenido; ella estaba maravillada con las cosas que traía Ignacio y él de tener con quien jugar.
Creo que el hecho de estar solo y con todos preocupados de que se entretuviera le hizo muy bien. Se portó como los reyes, jugamos "buscaminas" en el notebook, tiramos piedras en el río y lo hace extraordinariamente bien. Mamá se bajó de la camioneta y le comenzó a seleccionar piedras planas para que las lanzara al río, tiramos un palito al que seguimos hasta que se nos acabó la orilla. Yo traté de que hiciera las cosas por sí mismo, sin quitarle el ojo de encima para evitar cualquier problema, pero que se sintiera libre de hacer. Fuimos a ver al chancho y lo correteamos un poco... Punto aparte fue la entretención de mamá el domingo... como estaría de entretenido que cuando David despertó y lo llamó, fue a saludarlo y le dijo que iba a "jugar con la Tatay". Habían hecho una ciudad con las carretillas de hilo, los portacubiertos, unos cartones. La ciudad tenía semáforos, autos y de todo lo necesario para darle rienda suelta a la imaginación.
También habló con Vero y Martina a la que le explicó muy tiernamente que ni ella ni él podían ir donde el otro estaba porque estaban muy lejos pero que ya volvería a la casa.
Ignacio disfruta mucho de estar en Villa Alegre y se le hace muy corto el tiempo cuando está allá. El único comentario que hizo cuando se trató de venirnos fue ¿por qué siempre hay que venirse altiro?
Ahí se cumple aquello de que no se necesitan tantas cosas para ser feliz.
¿Cuándo repetimos la experiencia? Para mí fue muy grato poder compartir tanto tiempo con mi Piri y lo pasamos muy bien y fue una rica experiencia.

Soledad dijo...

Que fin de semana más entretenido.

¿Por qué normalmente pensamos que para disfrutar hay que tener muchas cosas, aparte de caras y a veces inalcanzables cuando lo más sencillo es lo que nos hace más felices?

Para pensarlo y ponerlo en práctica.

Mamá es hábil con los juegos de cosas que están a la mano y hace pensar, trabajar, imaginar y eso es muy positivo. Las nuevas generaciones sufrirán del síndrome de ojos secos por no pestañar lo suficiente al no quitar la vista del monitor por horas, serán obesos mórbidos por no pararse y hacer ejercicio y serán unos solitarios con amigos cibernéticos pero no de carne y hueso.

Ojala todos tengamos la posibilidad y disposición de pasar al menos un día al mes haciendo cosas sencillas y dejando nuestras preocupaciones cotidianas de lado. Al hacerlo nuestra persepción cambiará y nuestro entorno también.