lunes, 1 de febrero de 2010

El miedo escénico ...

Hoy Ignacio comienza con su curso de natación, cosa que hace mucho tiempo queríamos que hiciera por aquello de los accidentes tan desgraciados que se producen en las piscinas.

Dos horas antes de partir me llamó porque le dolía el estómago, pensé que podía ser que recién había tomado su leche, le dije que intentara dormir un rato y que cuando despertara me llamara. Me llamó, seguía el dolor de estómago, a esas alturas comencé a asociar los síntomas con los que tenía yo cuando era pequeño ....

Claro, los dolores de estómago y retorcijones de tripas por cualquier cosa, porque entraba al colegio, porque iba a una fiesta en la que conocía a pocas personas, por la prueba de matemáticas con nuestra temida y luego muy, pero muy querida Perla Moraga, a quién recién he llamado para saludarla.

A mi me costó mucho el controlar esas ansiedades y temores, años de años ... ahora veré como ayudar a Ignacio a superar estas situaciones.

2 comentarios:

AleMamá dijo...

Con cariño, vamos bien, pero hay que dejar que lo exprese, David, no lo minimices que luego lo somatiza.

Felicitaciones a mi sobrino querido.

Querubish dijo...

Buenas noticias, ayer cuando volví a casa Ignacio estaba radiante y me dice "papi el agua estaba calientita" ... después de todo el lío del dolor de estómago se le pasó el drama y ahora está feliz.

Yo aproveché de hablar con él y contarle que a mi me pasaba lo mismo y que él siempre tenía que confiar en que sus papás JAMAS lo enviaríamos a un lugar en el que pudiese correr algún peligro y que si asi fuese el primero en estar con él a su lado sería yo mismo.

Fue una buena conversación y a juzgar por lo cariñoso que estaba asumo que era su forma de expresar que estaba contento.

Luego pasó algo interesante, se fue a acostar, se puso su pijama y llegó a pedirme que le cortara la etiqueta (las malditas etiquetas !!) de la polera y agachó la cabeza ... tomé las tijeras y la corte. Luego le dije Ignacio te das cuenta de lo que acabas de hacer ? no papi, respondió ... bueno agachaste la cabeza para que yo cortara con tijeras la etiqueta y no te preocupaste de que yo te pudiese lastimar con las tijeras ... eso es porque confías en mi, bueno, lo mismo tienes que pensar en todo ámbito, tú y Martina son los tesoros que nos ha enviado Dios y como tales nosotros siempre los vamos a proteger.

Fue lindo ... me dio un tremendo abrazo ...

Ahora que logré entender esos repentinos dolores de estómago voy a manejar el tema con más psicología, no quiero que Ignacio sufra por angustias mal manejadas.