Que dificil es mantener la compostura y "buena cara" cuando los vientos que soplan no son de los mejores, cuando la situación económica se aprieta, cuando el dinero no alcanza para cubrir los gastos del mes, cuando los ahorros se han hecho sal y agua ... y más dificil aún es mantener a los niños lejos de esas presión que siente uno en el alma y en el corazón, que dificil es explicarles, o al menos hacerles entender que el dinero que hay se debe usar en comida, médicos, colegios, transporte etc.
Esto me hace pensar en lo mucho que deben haber sufrido mis padres cuando pasaron por tiempos muy dificiles por la época en que yo nací. También pienso en como la Providencia estuvo con mis padres y como las cosas comenzaron a cambiar y de a poco nuestra familia salió adelante, todos logramos completar nuestros estudios, algunos nos casamos, la familia creció hasta que ya somos tíos abuelos.
Esto también tiene otra lectura para mi, los tiempos no tan buenos nos ayudan a aquilatar los tiempos buenos y estas situaciones complicadas nos ayudan a templar nuestro espíritu y nuestro carácter, nos hacen más fuertes y también nos recuerda que los cuatro pilares fundamentales son la Fe, la Lealtad, el Respedo, y la Humildad, las que hay que saber desarrollar y mantener no importa cual sea la situación personal, si es de abundancia o de escases.
A mi lo que me ha ayudado a sobrellevar todo esto ha sido el apoyo constante, discreto y decidido de mi señora, de mis hermanos y hermanas, mamá, suegra cuñados, cuñadas, la oración constante y esperanzada, todos alineados como una gran familia que rema toda en la misma dirección.
También es importante saber disfrutar de las pequeñas cosas y de esos breves momentos de felicidad o de gozo que nos dan, por ejemplo, nuestros niños cuando nos abrazan, nos besan y nos dicen que nos quieren, esto ha sido fundamental para mi, ese cariño y amor pronfundos, gratuitos, incondicionales.
Yo no se como va a continuar mi historia, lo que si se es que a pesar de lo dificil que ha sido este año hoy puedo decir con entereza que este bache en el camino me ha servido para darme cuenta de muchas cosas importantes que si bien no las había olvidado si las tenía un poco arrumbadas en el baúl y una de ellas era la fe, la fe en Dios, Jesus y el Espíritu Santo.
Todo cobra mucho sentido al leer esa parte del Evangelio en el que habla de la confianza en la Providencia
Lucas 12, 22-31
Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?
¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer.
Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se inquieten entonces, diciendo: "¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?"
Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.
1 comentario:
David, una vez más me has conmovido con tu sencillez para decir cosas tan del corazón.
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